Una de las decisiones más importantes y sobre todo: difíciles, es la elección del título de nuestro libro. Nos enfrentamos al desafío de elegir un nombre impactante que despierte la curiosidad del futuro lector, uno que integre además, la esencia de nuestra obra.
Las técnicas para elegir el título perfecto dependerán del tipo de libro creado. No es lo mismo un libro que haya derivado de una investigación, a una novela que no está atada a las reglas de la academia, -aunque en general los pasos son similares-.
El título es la ventana del libro. Es ese primer vinculo que ata al transeúnte desprevenido, generando esa romántica primera impresión.
Así entonces, si en lo que trabajamos es en un libro de investigación, debemos saber que debe primar sobre todo, la claridad por sobre el estilo, esto es ser directo. Las reglas usuales de los centros educativos, de pensamiento, de investigación y de publicación, exigen un texto de no más de 16 palabras. Lo aconsejable, es que tomemos el objeto de la investigación (objetivo general), y lo adecuemos de tal manera que nos resulte un título, eso sí, busquemos que además sea atractivo para el lector. Si la investigación deriva en un libro, lo usual es que utilicemos un título y un sub-título, el primero debe ser atractivo para el público, llamativo; mientras el sub-título, en definitiva debe ser construido de acuerdo a las reglas de investigación expuestas.
Entonces, ¿y cómo hacemos para que sea tan llamativo nuestro título? En definitiva no existe una técnica definitiva, lo importante es tratar y tratar.
Iniciemos con una lista, preguntémosle a nuestros amigos, usemos las herramientas de encuestas diseñadas por las plataformas web y redes sociales, y sobre todo, tengamos paciencia. No hay mejor forma de avalar un producto literario, que cerrar las notas, esperar un par de días o semanas (o hasta meses), y luego, ya con nuestra mente fresca, leer de nuevo nuestra producción.
Finalmente, lo importante, es sentarse a escribir.