Sandro Mauricio España, la mente vallecaucana de la cual surge esta intrigante historia, nos lleva a recorrer los paradisíacos y, a veces, escalofriantes escenarios de una dimensión a tan solo un paso del abismo de la muerte en la que Helena y Daniel, unos esposos al borde del más desgarrador y tedioso divorcio, deberán hacer frente a sus emociones para permanecer a salvo junto a su pequeña hija María, pues en este lugar, como nos advierte el autor, “volver será un sacrificio, estar unidos una necesidad y no cruzar la línea su mayor apuesta”.

Sandro Mauricio España y su camino recorrido

Siempre con un imparable afán por escribir, con La fuerza del bosque Sandro ha logrado materializar su sueño de publicar su primera novela. Esta tomó forma cuando sintió que había reunido suficientes experiencias e historias para compartir con sus lectores, pero no de cualquier forma, sino conjugadas en un texto que reflejara su esencia y su fuerte deseo por contribuir al crecimiento personal y espiritual de sus lectores. Y es que un autor no podría escribir algo que realmente causara impacto sin dejar algo de sí mismo plasmado en el texto. En sus palabras: “Me considero un hombre con una resiliencia invaluable, de ideas fijas y de expresión seria, pero de espíritu sosegado y jovial, que tiene la autoridad para relatar una historia como lo que vas a leer, porque también algo de mí está allí representado”.

En nuestra época, llena de distracciones y de emoción rápida y fácil, esta novela es una invitación a acallar un poco el ruido de las voces que nos reclaman mejores parejas, amigos, trabajos o propósitos, porque el velo de la banalidad no nos permite ver el verdadero brillo de todo aquello que tenemos justo a nuestro lado. Es un llamado imperioso a reencontrarnos con la humildad y con nuestros verdaderos sentimientos, que han sido sepultados por la incapacidad de enfrentarlos y acogerlos.

La manera en que Sandro Mauricio España logra sumergirnos en el relato es a través de una narración detallada y transparente que nos ubica en el lugar de los personajes y nos permite experimentar de primera mano la adrenalina de explorar un mundo totalmente nuevo para nosotros en donde una aventura podría estar esperándonos detrás de un valle encantador y o de un aterrador puente.

Tal vez esta capacidad de construir personajes tan absolutamente humanos y de lograr transportarnos a sus mentes provenga de su labor como psicólogo, que lo ha llevado a preocuparse por la atención a la salud mental desde problemáticas a las que debemos darles cada vez más visibilidad. De ahí que su carrera esté dirigida a crear conciencia sobre la prevención de la depresión y el suicidio, la violencia de género e intrafamiliar, la promoción del autocuidado y el manejo del duelo.

“La fuerza del bosque”: una dimensión nueva por explorar

No es aventurado decir que la dimensión que se nos presenta en La fuerza del bosque está en la que Helena, Daniel y María deben sortear múltiples obstáculos que ponen a prueba la fuerza de su amor, es una metáfora de los conflictos mentales y espirituales a los que nos enfrentamos diariamente antes de poder entender lo que sucede en nuestro interior y de aprender a valorar a las personas y realidades que nos acompañan. Así, el viaje a este espeluznante lugar se hace con un claro propósito: el de que nosotros, al lado de los personajes, enfrentemos nuestros sentimientos y pensamientos más profundos, de manera que les hagamos frente y logremos dominarlos.

La invitación es entonces a sumergirnos en esta historia tan fantástica y, a la vez, tan cercana, y a dejar que esta nos convenza de luchar cuando lo vemos todo perdido, pero, más que nada, a permitir que nuestra imaginación vuele al lado de los personajes, pues, como el mismo autor nos dice: “Es mi deseo como autor de esta caja de pandora que te deleites con la aventura, porque para mí fue emocionante escribirla. […] Al terminar tu lectura, deseo que la influencia del libro sea una verdadera fuerza del bosque”.