Sinopsis:
Helena jamás pidió perdón por ser quien era. Marcada por la pobreza y el abandono, aprendió a sobrevivir renegando de su origen y despreciando la debilidad, incluso la de su propia madre. A los treinta años, expulsada del burdel donde reinaba, inicia una caída sin retorno, movida por una rabia feroz y una valentía autodestructiva. Su historia no es una de redención ni de transformación luminosa. Es una vida vivida a su manera, sin concesiones, sin héroes, sin moralejas.
Esta novela nos sumerge en un descenso brutal, donde el dolor se hereda y se transforma. Héctor, su hijo, recibe ese nombre no por tradición ni por homenaje, sino como una declaración de fuerza. Helena quiso para él un nombre que reflejara carácter. Pero el entorno en que crece lo empuja a una infancia sin amor, marcada por el abandono, la soledad y la violencia estructural. Héctor se endurece, se vuelve una fuerza temida. Madre e hijo, cada uno a su modo, enfrentan la oscuridad hasta reencontrarse en el encierro: ella como reina de la cárcel, él como un ser que ya no necesita máscaras.
No esperes un final esperanzador. Esta obra no ofrece consuelos fáciles ni redenciones forzadas. Es una exploración cruda de lo humano, del dolor que se transmite y de las consecuencias de vivir —y morir— bajo las propias reglas. Una historia tan incómoda como necesaria.