Sinopsis:
Si dejo de gritar, de luchar, de ser yo, mis memorias se encargarán de recordármelo.
Un grito de auxilio no basta cuando el alma se rompe en mil pedazos. Si mis recuerdos no son un alto en el camino, entonces, ¿qué lo será? No me aferro a la vida, sino a los momentos que valen la pena, a la reconstrucción de quién soy y quién quiero ser.
No hay prisa por convertirse en la mejor versión de uno mismo, el tiempo se encarga de ello. Cada esfuerzo, por más doloroso que sea, se transforma en sacrificio, y cada sacrificio, en un logro. Dejé de llorar y empecé a sanar, a enfrentar aquello que siempre reprimí y nunca supe expresar. La ansiedad y la represión fueron mis cadenas, hasta que entendí que solo enfrentarlas me llevaría a la libertad.
«El tiempo no lo cura todo, pero sí lo que haces con él.»