“El hombre del karma”, por Jhon Cárdenas, entre el crimen y el arte

El hombre del karma

“Karma, la palabra que me ha seguido desde ese día, ese día que me lo quitó todo y terminó matando una parte de mí. En el momento en el que llegué a esa conclusión estaba en el edificio más alto de París, en la torre AXA, a punto de suicidarme”.

Con estas palabras, Jhon Cárdenas inicia El hombre del karma, y así se desencadena la intriga en el lector. El autor nos mantiene desde el comienzo en suspenso y nos hace preguntarnos todo el tiempo qué es lo que está pasando.

Sobre Jhon Cárdenas

Este escritor colombiano, además de novelista, es poeta, cuentista, publicista y músico. Su vida ha estado influida por diferentes disciplinas y profesiones: desde la literatura, el arte contemporáneo y el rock and roll hasta la publicidad.

También se ha interesado en diversos géneros literarios, como el suspenso, el drama y las novelas policiacas. El resultado de esta diversidad de corrientes es un libro multidisciplinar.

Si bien Jhon Cárdenas puede narrar escenas criminales, en las mismas narra simultáneamente una obra de arte. Conjuga entonces criminalística y artes plásticas.

A lo largo del libro, por ejemplo, la vida y la muerte parecieran disfrazarse la una de la otra.

O también logra que personajes detectivescos acompañen a parapsicólogos. Aquí, las huellas del criminal y las de los espectros parecieran conjugarse.

Así pues, el autor no solo mezcla una gran multiplicidad de intereses, sino que también borra los límites en los sucesos y los objetos.

 

El hombre del karma, un plan maestro

“Lentamente me vi iniciando una especie de partida de ajedrez en donde yo no tenía el control de mi pieza, era manipulado por un tercero”, dice Damian Rice, el protagonista de este libro.

Damian Rice es un periodista frustrado, conductor, padre y viudo que vive en París. En un inicio, su vida parece bastante tranquila.

En una de sus rutinas, él transporta a una mujer a su boda; quien posteriormente se suicida. Desde este momento, se ve obligado a inmiscuirse en una vida llena de muerte, armas, pasados misteriosos, locuras y venganzas.

Cuando leemos este libro, Jhon Cárdenas nos hace avanzar a la par con el protagonista. Esto se torna peligroso, dado que el protagonista en la mayoría del libro pareciera estar atado a unos hilos, como si de una marioneta se tratara.

Incluso, Damian Rice va llenando un crucigrama cuyas palabras coinciden con lo que le sucede a él en cada momento de la novela. Como si todo estuviera planeado.

En la obra no solo está la voz del narrador, sino también la de otros personajes. Muertos o vivos, los personajes moldean la vida de Damian. Aparecen cartas, cintas, grabaciones: todo un archivo policial.

Jhon Cárdenas también pone en escena el tiempo en esta novela. Los juegos en los límites de la vida y la muerte se conjugan con los límites del futuro, el presente y el pasado.

Así, el autor nos hace preguntarnos lo que sucederá, y también lo que sucedió y lo que dábamos por sentado.

Replantearnos: eso es lo que hacemos en esta obra. La trama misma se modifica ante cada pista o revelación. Todo documento en este archivo detectivesco le da un giro a la obra.

No podemos negar entonces que esta obra es un juego en el que participan mentes macabras. No obstante, el mayor partícipe es Jhon Cárdenas, que es el que arma todo un plan para hacer de los lectores otras víctimas de este crimen.

 

Ya disponible en librerías virtuales y en la tienda de Ita Editorial.

 

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